Sunday, June 8, 2008

Petróleo en el Golfo de México: Lo que Podríamos Perder


Fausto Zapata

El 16 de enero del 2011 no es un día distante. En esa fecha vence la moratoria convenida por México y Estados Unidos para la explotación de petróleo y gas en nuestra frontera marítima del Golfo de México. Al día siguiente, cualquiera de los dos países podrá iniciar en el polígono occidental de esa zona –el Hoyo de Dona, como suele llamársele- los trabajos de perforación y explotación. Así fue pactado en el Tratado entre México y Estados Unidos sobre la Delimitación de la Plataforma Continental en la Región Occidental del Golfo de México mas allá de las 200 millas náuticas, firmado en Washington DC el 9 de Junio del año 2000.


¿Podrá Pemex, en los próximos 28 meses, explorar, encontrar y extraer hidrocarburos en los yacimientos transfronterizos?


Del polígono occidental, el 60.36 % corresponde a México y el 39.36 % a Estados Unidos. En el pacto firmado en Washington se estableció que, durante la moratoria, “ninguna de las partes podrá explotar los recursos de hidrocarburos en una franja de 1.4 millas náuticas de cada lado de la frontera marítima”. El propósito del plazo fue dar igual oportunidad a las partes para estudiar y delimitar la existencia de yacimientos en el polígono occidental, a fin de alcanzar acuerdos respecto de su equitativa explotación.


Nuestros diplomáticos, al negociar el tratado, partieron de un razonamiento que parecía irrefutable: diez años es tiempo suficiente para la prospección de los yacimientos en la frontera marítima. No podría suponerse ausencia de medios financieros: cuando se firmó el tratado el precio por barril era de 20 dólares y ocho años después es de 130. El gobierno federal ha obtenido en esos años excedentes por miles de millones de dólares, con parte de los cuales se podría haber financiado el desarrollo de las operaciones de prospección en la región fronteriza.


Estados Unidos difícilmente accederá a una prórroga de la moratoria –posibilidad que venturosamente se contempla en el Tratado- porque la industria petrolera norteamericana considera hoy al Golfo de México (GOM) como su principal reserva de hidrocarburos. Sus reservas territoriales han disminuído a niveles críticos en los últimos diez años.


El gobierno de México debería reexaminar el estudio geológico de la vasta región del Golfo en la que Estados Unidos llevó a cabo trabajos de prospección en una superficie de 152 660 kilómetros cuadrados, en los primeros meses de 1981. El tema es del conocimiento público. Lo que importa aquí es recordar que la reservas fueron inicialmente estimadas en mas de 21000 millones de barriles de petróleo y 44 billones de pies cúbicos de gas, de acuerdo a la investigación del United States Geological Survey (USGS) que obra en poder del gobierno mexicano desde ese hace mas de veinte años. El estudio del USGS, “Geological Framework, Petroleum Potential, Petroleum Resource Estimates, Mineral and Geothermal Resources, Geological Hazards and Deep Water Drilling Technology of the Maritime Boundary Region in the Gulf of Mexico”, constituye la investigación geológica mas relevante llevada a cabo en una zona tan extensa del Golfo. Es importante recordar que esa investigación se realizó sin la participación de Pemex ni de ninguna entidad del gobierno de México, a pesar de la vigencia, en 1981, de acuerdos bilaterales sobre cooperación científica entre los dos países que hacían y hacen obligatoria la presencia de expertos y científicos mexicanos a bordo de los navíos extranjeros de exploración y prospección que operan en aguas mexicanas.


Después de conocer la riqueza del GOM, Estados Unidos declaró la urgencia de preparar a su industria petrolera para estar “en plena en capacidad técnica y económica de explotar los yacimientos del Golfo de México antes de 2001”. Lo han logrado plenamente. Hoy, las mayores reservas probadas de hidrocarburos de Estados Unidos se encuentran en esa región. Y ese país, como ninguno otro, tiene la mas avanzada capacidad tecnológica para explotarlos, porque el 75 % de los grandes yacimientos se encuentran a una profundidad que excede los 10000 pies (3048 metros), difícilmente accesible y plagada de graves riesgos financieros.


Los trabajos de exploración y extracción del petróleo en el Golfo profundo exigen de dos destrezas: una financiera y otra tecnológica. La primera hace necesario entender que las inversiones para explorar y perforar en zonas marítimas son muy altas y comportan grandes riesgos. Uno de los mas graves es el que podría derivarse de una baja en los precios del petróleo, cuya volatilidad México ha experimentado en numerosas ocasiones, singularmente en aquellos años de la “administración de la abundancia”, cuando el colapso de los precios sumió a nuestro país en una grave crisis política y lo obligó a la contratación de deuda externa mas dramática de nuestra historia.


¿Qué pasaría si Pemex invierte agresivamente en un programa de desarrollo de sus operaciones en el Golfo y el precio de los hidrocarburos se desploma, como ha ocurrido en incontables ocasiones? Una estrategia de riesgos financieros compartidos no puede ni debe eliminarse por razones subjetivas. Ninguna empresa petrolera lo hace. Extraer petróleo en zonas profundas tiene sentido cuando su precio alcanza mas de 100 dólares, pero lo pierde cuando baja a menos de 50. Y está en la lógica de una economía de mercado que esto ocurra, como lo hemos visto muchas veces. La última hizo entrar a México en la peor crisis financiera que había experimentado desde la II Guerra Mundial. El riesgo existe y ningún razonamiento político la hará desaparecer.


El financiamiento de un programa de exploración y explotación del petróleo que subyace en aguas profundas del GOM podría derivar de nuestros propios recursos, si una reforma fiscal realista logra alguna vez sacar a México del grupo de naciones en las que la recaudación apenas representa el 15 % del PIB. O podría obtenerse de nuestras propias exportaciones de hidrocarburos, si nuestro consumo interno –subsidiado- alguna vez se racionaliza y libera excedentes para exportar en mayor volumen a los mercados internacionales. Pero al ritmo que lleva el consumo doméstico, los hidrocarburos que exportamos serán cada vez menos y los que importamos serán cada vez mas. Avanzar hacia los yacimientos del Golfo tendrá que ser financiado en buena parte por mecanismos de crédito, colocación de papel de deuda de Pemex en los mercados internacionales y una inteligente, agresiva ingenieria financiera que nos permita mayor acceso a los mercados de capital externos. Aun así, el diseño de fórmulas para compartir los altos riesgos de inversión en los yacimientos marítimos debería ser una prioridad de cualquier estrategia nacional energética.


Brasil –gobernado por un presidente de izquierda y con mayoría de izquierda en el Congreso- opera las acciones de Petrobras en la Bolsa de Nueva York, representadas por ADRs (American Depository Receipts). En las pasadas 52 semanas las acciones de Petrobras se han elevado en un 172 % como efecto del descubrimiento, en la región costera de Sao Paulo, de un yacimiento masivo de hidrocarburos en la zona de Tupi. Cada inversionista que adquiere una accion de Petrobras acepta compartir los riesgos de la empresa. Por su parte, la República Popular China autorizó desde hace años a sus dos grandes expresas estatales, China Petroleum y PetroChina, la colocación masiva de acciones y papel de deuda en los mercados internacionales. Y Cuba -que comparte con nuestro país y Estados Unidos el Golfo de México- avanza en sus trabajos de prospección en el polígono oriental, en diversas formas de asociación con empresas de Brasil, Canadá, Noruega y Estados Unidos. Fidel Castro firmó personalmente, hace años, un contrato con la empresa Canada Sherrit International para explorar su zona marítima en busca de hidrocarburos. Pronto seremos testigos de una negociación diplomática entre Estados Unidos, México y Cuba para dividir el polígono oriental que compartimos en el Golfo. Sería paradójico que nuestra política sea, para ese entonces, mas cerrada y estatista que la de Castro en su isla.


El lunes 26 de mayo pasado, Petrobras confimó el hallazgo de nuevos yacimientos en la zona de Stones 3, Bloque 508, a una profundidad de 2286 metros en el Golfo de México, donde perfora y opera en asociación con Royal Dutch Shell, Petrobras America, Marathon Oil y Eni, la entidad de hidrocarburos de Italia. El Bloque 508 está a mas de doscientas millas al sur de la costa de Luisiana y próximo a nuestra frontera marítima con Estados Unidos. Si Pemex se congela en el inasible debate político en curso, si se pretende que solo con sus propios recursos tecnológicos y financieros -y sin alianzas semejantes a las de Petrobras- nuestra empresa estatal va a desarrollar los yacimientos del Golfo, simplemente estaremos soñando lo imposible.


El futuro ya está aquí. Será visible para todos el 16 de enero de 2011, cuando termine la moratoria pactada hace ocho años y la poderosa industria petrolera norteamericana inicie la extracción masiva de petróleo en yacimientos transfronterizos que en parte son nuestros, pero aun no sabemos en donde están ni cuantos son.


2 comments:

Anonymous said...

Ojalà el Sr Lopez Obrador se diera el tiempo para leer este artìculo y darse cuenta de que el mundo y el petròleo no giran alrededor de sus teorìas.Felicidades por la nota.ALICE

Anonymous said...

Estimado señor Zapata. Al leer su artículo surgen varias interrogantes. La primera de ellas ¿por qué hasta ahora se informa de dicho convenio con Estados Unidos? No recuerdo haberlo leído o escuchado, será tal vez porque no se le dio suficiente difusión en su momento. Pero bueno, ése sería un punto a aclarar. Segundo, si el 60 por ciento corresponde a México ¿podría EU explotar una cantidad superior a lo que legalmente les corresponde? Si la respuesta es no, ¿cuál es el temor entonces y la prisa por "asociarnos" o "compartir riesgos" para hacerlo? Si la respuesta es sí, sí podrían explotar más del 40 por ciento, entonces la pregunta es ¿deberíamos permitirlo? ¿no hay instancias legales para impedirlo? ¿dejaremos que nos sigan saqueando? Tiene usted razón cuando dice que no es posible argumentar falta de recursos, los ha habido, pero el gobierno pasado y el presente, que es cuando más caro ha estado el petróleo, no han sabido aprovecharlo: no invirtieron en Pemex, al contrario, han dejado que se debilite y ahora quieren privatizar (ésa es la palabra si lee usted la iniciativa de Calderón) para "mejorarla" y entonces sí "habrá salud y escuela para todos". Cuentos chinos. Ya no tenemos bancos y el sistema financiero está prácticamente en manos extranjeras; los recursos que debían ir al Seguro Social van a dar a las manos de esos bancos vía cuentas individuales en las Afores. Imagine usted la cantidad de recursos de los que dispondría el IMSS si ese dinero le llegara y no se quedara en los bancos. La industria nacional es prácticamente nula; la investigación y el desarrollo tecnológico son precarios; la educación ¡ufff!, es una tristeza; el subsidio a la economía norteamericana por parte de latinoamérica ha sido incalculable en el siglo pasado vía fuga de capitales, pago de deuda externa, toma de utilidades, compra de materia prima a precio de risa y reventa a costos altísimos (véase el caso de la gasolina, les mandamos petróleo y nos la devuelven refinada carísima y todo porque no se invirtió en la construcción de refinerías). Señor, sabe usted bastante, conoce a fondo el tema del petróleo, por favor adopte una actitud nacionalista (no patriotera) y use esos conocimientos para defender lo que es nuestro, el patrimonio de nuestros hijos y nietos. Creo que usted es un buen mexicano, pero creo que está equivocado. (Recuerde que ha sido víctima de la injusticia política, léase SLP)
Gracias por invitarme a su blog y permitirme expresar.