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La explicación que solía darse a los estudiantes de primero de economía decía lo siguiente: "Inflación es cuando un huevo te cuesta un peso y deflación es cuando un peso te cuesta un huevo".
Nada destruye mas la relación entre gobierno y pueblo que la inflación. Todos los países del mundo la padecen de tiempo en tiempo. Alemania, en los años que precedieron la II Guerra, llegó a niveles como los que hoy tiene Zimbawe, o peores. Y México sufrió en los últimos años de López Portillo y todos los de Miguel de la Madrid una carestía galopante. Desde entonces, hace tiempo que no la padecíamos de manera grave.
Hoy la inflación castiga nuevamente a los mexicanos. Sus causas son numerosas y dos de ellas afectan a todo el mundo: los precios del petróleo y la crisis alimentaria. Sería un dato de oportunismo para los partidos políticos culpar de esto al gobierno.
Pero ahí está el fantasma de Zimbawe. Y los huevos cuestan ya mas de un peso...
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